no sé que escribir.
antes recurría, cuando me sucedía esto, nada más y nada menos que al canto.
ahora tengo la opción de recurrir al tema propuesto de la semana, pero mi memoria, como ya les había dicho, es mala (muchísimo).
además en la época en la que tuve mi primer faje, todavía era muy pequeño y vivía en un mundo de fantasía feliz, y pues, puede ser que si les cuente, se mezcle la poesía con la realidad trastocada, algo muy parecido a un viaje de hongos y peyote, pero sin drogas, a menos que el gerber sea una droga.
porque toda mi vida he comido gerber, bueno no toda, pues últimamente ya no me animo a comprarlo, y es que el niño de la foto me parece harto satánico y cada vez que me acerco a un frasquito de vidrio de gerber (en donde todo el mundo ponía sus muestras de orina antes de que empezaran a dar vasitos de plástico en los laboratorios, y en donde todos crecimos nuestro primer frijol o lenteja), me entra un frío por la espalda me tiemblan las manos y se me caen los chones (eso ha sido siempre, pero mi adicción por el puré de carne y verduras era más grande que cualquier miedo a bajar a los infiernos).
pero esa es otra historia, hoy; por si se les había olvidado, les estoy contando que no sé que escribir.
lo verdaderamente triste es que hace rato me levanté a servirme leche (que estaba echada a perder por cierto) y se me había ocurrido contarles algo.
pero no vuelve.
así que les dejo, aprovechando que hablé de las fantasías felices. un bello link a una bella página de bellos dibujitos de humor negro, del de a deveritas.
puchen la imagen y sean felices.
4 comentarios:
Pinche Siraku!!!
Me caes de pelos... si fueras mujer ya te habría echado el can!!!
jajajaja...
Saludetes™ confesionadores
jajaja gracias pavel, pero si fuera mujer sería lesbiana, no podría desperdiciar tremenda oportunidad.
jajajajajaj el tren, es como cuando te tomas 25 pastillas quesque pa suicidarte y resulta que los mejoralitos para lo unico que servian era para una labaiva, osea juro (en serio) que le paso a un amigo.
y ya
changos
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